Pronunciamientos

Dìa de la Mujer Boliviana


Hoy, en el Día de la Mujer Boliviana, es imprescindible reflexionar sobre la realidad de las mujeres en el contexto político de nuestro país. A lo largo de la historia, las mujeres no han sido protagonistas solistas en la lucha por sus derechos, sino también objeto de manipulaciones, violencias y apropiaciones por parte de quienes detentan el poder. La situación actual, marcada por graves denuncias de abuso sexual y acoso en las más altas esferas del Estado, deja en evidencia que Bolivia sigue siendo un terreno fértil para la utilización de la figura de la mujer como botón político y de control. El rol de la mujer en la política y en la sociedad no puede seguir siendo definido o condicionado por los intereses patriarcales. El Estado tiene la obligación de ir más allá de los símbolos y promesas vacías, y asumir una postura clara en contra de cualquier forma de violencia de género. Esto implica un compromiso real con la Despatriarcalizació, entendido no solo como un discurso, sino como una acción sostenida que confronta de manera efectiva a quienes ejercen poder de forma abusiva. La utilización de las mujeres como recursos de manipulación política es uno de los mayores actos de violencia simbólica. Las denuncias que han puesto en jaque a figuras clave del panorama político boliviano muestran la urgencia de transformar las estructuras que perpetúan esta cultura de impunidad. No basta con señalar los casos; se requiere de una revisión crítica de las prácticas que permiten que estas formas de violencia continúen sin consecuencia real. En este sentido, hacemos un llamado a repensar el rol de las mujeres en la vida pública. No queremos que nuestras voces sean usadas como herramienta para disputas de poder entre facciones políticas, sino que seamos reconocidos como sujetas de derechos, con plena autonomía y respeto. Exigimos que el Estado, en todos sus niveles, impulse políticas públicas efectivas que aseguren la protección y promoción de los derechos de las mujeres, más allá de los intereses de cualquier grupo o partido. En este Día de la Mujer Boliviana, no solo es necesario repensar el rol de las mujeres en la vida pública, sino también cuestionar y transformar la forma en que la masculinidad se ha ejercido en la política. Es imperativo que dejemos atrás las masculinidades autoritarias, violentas y opresivas que han marcado la historia de nuestro país. Necesitamos avanzar hacia una masculinidad Sentipensantes, una masculinidad capaz de reconocer y respetar la dignidad de todas las personas, que promueva la empatía, el cuidado y la justicia. Una masculinidad que no ve en la mujer una rival o un objeto de apropiación, sino una aliada en la construcción de una sociedad más equitativa. La despatriarcalización no solo implica cambios estructurales en el Estado, sino también una transformación profunda en las maneras en que los hombres se relacionan con el poder, el liderazgo y con las propias mujeres. Que en el poder no haya dominio ni opresión sino corazones que sientan y piensen en justa unión. ACCION POR LOS DERECHOS HUMANOS