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ARTICULO 1. Los medios de comunicación, los perros de la madrugada y el escarnio de los derechos humanos de las mujeres.

Pese a que todos los días se suman y se suman los feminicidios con mayores muestras de crueldad que enlutan los titulares de todos los medios y se van sumando a los ya cientos de huérfanos, muchos niños y niñas que se quedan en el desamparo por siempre jamás y sin posibilidades de volver a una vida de posible afecto y cuidado, les queda adaptarse a situaciones de alta vulnerabilidad y riesgos que son cotidianos y se presentan de forma permanente.

Mientras tanto, en la otra orilla la supuesta opinión pública, compuesta por una diversidad de actores que va marcando una agenda contra los derechos humanos de las mujeres, no sólo desde discursos y predicadores antiderechos con discursos vacíos y pesados, sino también, de una postura de indiferencia o en el peor de los casos con supuestas opiniones sobre una problemática que no la entienden o que la narran desde posiciones de privilegio o complicidad, percepciones que llegan al ciudadano/a de a pie con una profunda falta de sustento de derechos y que va construyendo un discurso anti derechos que se halla presente en la cotidianidad y que está incidiendo negativamente en los derechos humanos. Nos preguntamos: ¿Dónde están aquellos que deberían protegernos? ¿Por qué el silencio? ¿Por qué la complicidad? La lucha no es solo por las mujeres.

Y entonces, miramos a las autoridades electas, esas que llevan la responsabilidad de proteger los derechos humanos según manda la Constitución, pero ¿qué vemos? Vemos como toman posiciones antiderechos probablemente por insertarse en un escenario preelectoral que hoy por hoy tiene una actuación neoliberal, para la que no existen razones, existen solamente necesidades electorales con posibilidad de transar lo que sea con cualquiera que ofrezca probablemente votos (aunque estos estén teñidos de sangre, como en aquellos tiempos de las botas).

Autoridades que son capaces de narrar situaciones que buscan establecer que los avances alcanzados por las luchas de las mujeres,que se han dado a lo largo de la historia, son perjudiciales para otro sector y que para ellos se han convertido en factores que van contra los hombres, situación que no sólo muestra la profunda incomprensión de estas autoridades de la problemática y de sus responsabilidades, sino la señal, de un viraje hacia un escenario neoconservador de la política nacional, donde los derechos de las poblaciones en situación de vulnerabilidad y riesgo serán la carne de cañón sobre las que se encarnarán estas manifestaciones que se hallan presenten a lo largo del planeta con distintos nombres y diferentes actores, muchos de ellos con etiquetas de progresismo, pero que a la hora de la hora, sólo hablan desde el privilegio y disparan sin clemencia evadiendo responsabilidades de protección de los derechos sin importar que todos los días vayan incrementando las víctimas y que los cuerpos de mujeres sean el escenario de disputas políticas de este neoconservadurismo.

Mientras el escenario se enturbia con estas voces grotescas y antiderechos, las voces de cientos de padres y madres de familia y los hijos e hijas de estas mujeres víctimas del feminicidio (traducido en violencia machista), no encuentran voces que hagan eco a sus demandas o espacios para su reivindicación. Y donde los medios de comunicación sólo están interesados en lanzar litros de sangre a los y las televidentes e inundar de morbo cada minuto de transmisión y donde no existe la necesidad  de hacer la tarea de repensar cómo presentar estas noticias y por el contrario promocionan el escarnio dando palestra a los antiderechos, provocando que las mujeres en este caso deban andar con el testamento bajo el brazo ante la violencia machista que está presente en todos los escenarios, porque nuevamente la estructura de poder y privilegio machista ha decidido lanzarlas a los leones, que son ellos mismos y dejar que las tumbas se llenen de cuerpos, cuerpos que serán enterrados con el desafuero de avances de los derechos humanos de las mujeres y que hoy perjudican o ponen frenos a la recomposición de un pacto de privilegiados en todos los escenarios y que probablemente tengan en las mujeres las primeras víctimas del inicio del retroceso que se vestirá de progresismo o de neoliberalismo y que su objetivo final, será la imposición de un neoconservadurismo que desmantelara la constitución de todos los derechos humanos que nos tocan a todas y todos.