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ARTÍCULO 6. Feminismo Comunitario

El feminismo comunitario boliviano surge como una respuesta crítica al feminismo hegemónico occidental, cuestionando su enfoque individualista y proponiendo un modelo basado en lo comunitario, la reciprocidad y el respeto por la Madre Tierra, que surge a partir de la experiencia de mujeres indígenas y campesinas en Bolivia que, al verse más oprimidas tanto por el patriarcado como por el colonialismo, crean una propuesta política que une la lucha de género con la defensa de la comunidad y el territorio. El feminismo comunitario pone el énfasis en lo colectivo, es decir en el “nosotras”, y se articula a partir de la resistencia contra el racismo, la explotación y la destrucción de la naturaleza.

La relación que mantiene con la madre tierra (Pachamama), está profundamente conectada con la defensa del territorio y de la naturaleza. La Pachamama es vista como un símbolo de resistencia contra el extractivismo/devastación ambiental y la explotación, como una fuente de vida. Este vínculo con la naturaleza es tan fuerte que muchas feministas comunitarias entienden la violencia contra la tierra como una forma de violencia de género, ya que tanto las mujeres como la naturaleza han sido históricamente explotadas y controladas bajo el dominio patriarcal y colonial entonces, para las mujeres indígenas, la comunidad es el espacio de vida y resistencia. La lucha feminista no puede darse de manera individualista, sino en el contexto de una comunidad que protege, nutre pero sobre todo respeta, así mismo, plantea la necesidad de despatriarcalizar, es decir, desmantelar las estructuras patriarcales no solo en las relaciones de género, sino también en la relación con la naturaleza y el territorio, a este se suma el concepto de descolonización, que implica una lucha contra las formas de opresión heredadas del colonialismo, las cuales continúan afectando de manera particular a las mujeres indígenas.

El feminismo comunitario en Bolivia, con su énfasis en las comunidades y el entorno natural, cobra aún más relevancia en el contexto actual de los incendios forestales que afectan a nuestro país; donde las comunidades indígenas y campesinas son históricamente defensoras de la biodiversidad y la soberanía alimentaria, las cuales enfrentan una doble lucha: no solo contra el patriarcado, sino también contra el capitalismo que se ve reflejado en la degradación ambiental causada por los incendios. Estos siniestros, a menudo provocados por prácticas extractivistas o la expansión agroindustrial, no solo afectan la tierra, sino también las formas de vida y subsistencia que las mujeres han estado protegiendo durante varias generaciones. La destrucción de los bosques y los ecosistemas amenaza directamente la biodiversidad, las semillas y el equilibrio natural que las comunidades indígenas han mantenido. El feminismo comunitario, que entiende la defensa del territorio como una lucha colectiva, ve en estos incendios una agresión directa a la vida misma, ya que la tierra no es un recurso, es un ser vivo que forma parte de la identidad y espiritualidad de los pueblos originarios.

Frente a estos incendios, las mujeres continúan articulando sus demandas no solo en términos de justicia ambiental, sino también como una resistencia al modelo extractivista por parte de las grandes empresas agroindustriales y ganaderas capitalistas que son las depredadoras de los ecosistemas vivos.

Por tanto; el feminismo comunitario desafía las lógicas de dominación y explotación que han llevado al mundo a una crisis ambiental sin precedentes, proponiendo en su lugar un modelo de vida que esté en armonía con la tierra y con las relaciones humanas.

Conclusión:

El feminismo comunitario boliviano representa una propuesta transformadora que conecta la lucha por los derechos de las mujeres con la defensa de la comunidad y el territorio. Desde su enfoque en la reciprocidad, el respeto a la Madre Tierra y la despatriarcalización, este feminismo plantea una crítica profunda a las estructuras de poder patriarcales y coloniales que aún persisten en Bolivia y América Latina. En un mundo marcado por la crisis ambiental y las crecientes desigualdades, el feminismo comunitario ofrece una alternativa basada en el cuidado mutuo y la construcción de comunidades más equitativas y solidarias.