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ARTICULO 2. Crónica de una ingenuidad anunciada: la derrota del proceso de cambio y la recomposición del fascismo en Bolivia.

La historia y la memoria del país nos indica que los Golpes de Estado del sector militar antipatriota y anti revolucionario, tuvo una mecánica y un auspiciador y que hace más de 40 años tuvo el mismo procedimiento, intentos y luego la intentona final que como un golpe de boxeo dejo nocaut(knock out) a la población y los sectores sociales, pero como la memoria es frágil y las preocupaciones han dejado por lado el proceso revolucionario el ejercicio de los de siempre se volverá a ejecutar seguro muy pronto con los mismos resultados.

Prueba de ello es que el miércoles 26 de junio de 2024, recién llegado el invierno las botas asesinas le sacaron lustre a sus ansías de recuperar la patria para sus amos, por lo que volvieron a intentar romper el proceso democrático surgido de las urnas y que hoy pasa por un proceso de crisis, por la necesidad o las necesidades individuales de algunos sujetos disque revolucionario y que a la hora de la hora, solo ven sus intereses personales en el escenario social y político, y dejan de lado o como telón de fondo el proceso político que lentamente se fue construyendo, pero no importa, lo importante son solo ellos y se impulsa una guerra interna fratricida que marca la profunda ingenuidad y falta de sentido político de dichos actores, que no solo debe preocupar a la población, sino al proceso revolucionario que sus bemoles se fue gestando desde hace más de quince años.

En este escenario de luchas intestinas que cunden sobre todo el cuerpo social y organizaciones sociales, que hace caer a los diferentes actores en el peripatético de quién debe ser la representación y al mejor estilo patriarcal se van midiendo las espadas para ver quién es el más fuerte y ver quien tiene la razón o ver quién es el más revolucionario, la reorganización de la derecha fascista con su aliado imperial se va gestando, con incluso pruebas de error y falla como son los hechos del miércoles 26 de junio, en manos esta vez de un generalote, que seguro puesto a disposición del fascismo no habría dudado en disparar a quemarropa y a mansalva a la población.

Pero no importan las evidencias y que el Golpe de Estado esté en la puerta del horno para finalmente cocinarse, el quit (Kit) del asunto es ver quién será el sucesor de la corona; sucesor o sucesores a quienes el proceso de cambio solo les sirve como telón de fondo para satisfacer sus apetitos personas, sin siquiera importarles el sujeto mismo de la revolución que es el pueblo y que en 2019 ofrendo sus vidas para detener a las hordas fascistas que lo devoraban todo y que han dejado a lo largo del país decenas de víctimas de su profundo odio contra el país y su población, pero estas pruebas y evidencias no importan, lo más importante son los apetitos personales y señalar al compañero/a y decir que es un traidor, mientras van repartiendo besos de judas para abandonar al proceso político y su posibilidad revolucionaria, y donde la ética planteada por revolucionarios como Fidel, Che y Chávez queda sólo como estampita o una etiqueta para su publicidad.

Ante este proceso de retroceso político y ético tanto de estos actores político que dicen representar el proceso de cambio y la reorganización de la derecha fascista y sus gorilas (de alquiler) la población queda en un espacio de incertidumbre y de olvido que requiere que sus organizaciones vivas respiren profundamente e inicien un proceso de recambio dirigencial y político, buscando profundizar el proceso de cambio y volverlo a poner en su lugar, es decir, en el horizonte social y político de la población a fin de poder alcanzar aquellos niveles de democracia, equidad e igualdad tan esperados por todas y todos y que hoy parecen diluirse ante la actitud de quienes dicen representarnos.

Esperamos que esta crónica de la ingenuidad anunciada pueda superarse y que desde las organizaciones sociales vivas se ponga los puntos sobre las ies y se pueda seguir avanzando en el proceso de cambio que aporta a mejorar las condiciones sociales, económicas y políticas de gran parte de la población, antes que el pacto por la muerte y el fascismo se haga cargo del país seguro con miles de víctimas como en las olvidadas épocas del plan cóndor y sus siniestros asesinos.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  J. Fernández